Después de una dura batalla, los vikingos se reunieron alrededor del fuego para celebrar su victoria. Alzando sus cuernos llenos de hidromiel, gritaban "Skol", un brindis que significaba salud y honor. En ese momento, no solo celebraban el triunfo, sino también la vida, la hermandad y el coraje compartido. "Skol" se convirtió en un símbolo de unión que resonaba en cada campamento vikingo, más fuerte que cualquier victoria.
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