En una aldea vikinga, una familia de guerreros y agricultores vivía en armonía con las estaciones y las tradiciones. El padre, un valiente guerrero, enseñaba a sus hijos a luchar y navegar, mientras que la madre, hábil en el tejido y la cocina, mantenía el hogar. Cada invierno, se reunían alrededor del fuego para contar historias de sus ancestros y preparar el próximo viaje. La fuerza y unidad de la familia eran el corazón de su comunidad, reflejando el espíritu indomable de los vikingos.
100% algodón