




Inspirada en las jarras rústicas del norte, esta pieza combina funcionalidad con estética nórdica. Ideal como portalápices, porta brochas o altar personal, cada contenedor está pintado a mano en dos tonos, con detalles que evocan forja, madera y cuerno.
No hay dos iguales: cada uno lleva el trazo de quien lo pinta, como en los viejos talleres artesanales.
🔹 Pintado en dos colores
🔹 Hecho con material resistente y liviano
🔹 Tamaño ideal para escritorios o altares